Asunto: Re: CAMPODONICO. TRIBUNAL PERMANENTE DE LOS PUEBLOS. PONENCIA ----------------------------------------------------------------- From: foro-org@fa94.nodo50.gn.apc.org (Organizacion del Foro) Newsgroups: act.wb94 Subject: CAMPODONICO. TRIBUNAL PERMANENTE DE LOS PUEBLOS. PONENCIA Date: Sat, 01 Oct 94 14:31:53 CET Organization: Foro Alternativo, Madrid Tribunal Permanente de los Pueblos Madrid, 1 al 3 de Octubre de 1994 Por encargo del Tribunal Permanente de los Pueblos presento ante los miembros del Jurado esta Acusaci¢n al Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. 1.- LAS RESPONSABILIDADES DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL Y DEL BANCO MUNDIAL ANTE LAS NACIONES UNIDAS En la reunion del Tribunal Permanente de los Pueblos celebrada en Berl¡n en setiembre de 1988 el Acta de Acusaci¢n fundament¢ de la siguiente manera el status jur¡dico del FMI y del Banco Mundial en relaci¢n a la organizacion de las Naciones Unidas: El FMI y el Banco Mundial son instituciones de car cter gubernamental plenamente integradas, jur¡dicamente ??, al llamado "sistema de Naciones Unidas" como organismos especializados establecidos por acuerdos gubernamentales en el sentido del Art¡culo 57 de la Carta de Naciones Unidas (...) El corolario fundamental de su institucionalidad jur¡dica como organismos especializados dentro del "sistema de las Naciones Unidas" es inescapable: ni la una ni la otra de estas entidades pueden, en su actuaci¢n, contravenir ni los postulados formulados en el Pre mbulo de la Carta de la Organizaci¢n Mundial ni los prop¢sitos para los cual fue creada la ONU (Art¡culo 1 de su propia Carta) ni los principios que rigen la actuaci¢n de ‚sta y de sus Estados miembros (art¡culo 2, ib) ni las disposiciones espec¡ficas destinadas a instrumentar la realizaci¢n de aquellos, contenidos en la misma Carta o en los Pactos, Convenios, Resoluciones y Declaraciones, aprobadas por la Organizaci¢n de las Naciones Unidas" (Denuncia al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial ante el Tribunal Permanente de los Pueblos, Berl¡n, 1988, pp. 2-3). La sentencia aprobada por el Tribunal Permanente de los Pueblos en la misma reuni¢n de Berl¡n dictamin¢: 1.- que el Banco Mundial y el FMI vulneran la Carta de las Naciones Unidas al no haber promovido niveles de vida m s elevados, trabajo permanente para todos y condiciones de progreso y desarrollo econ¢mico y social, ni haber promovido el respeto universal a los derechos humanos y libertades fundamentales para todos, sin hacer distincion de raza, sexo, idioma " religi¢n, tal y como requieren los Art¡culos 1.3 y 55 de la Carta de Naciones Unidas. Adem s, han violado el derecho a la soberan¡a de determinados Estados y el derecho de los pueblos a la autodeterminaci¢n" (Sentencia del Tribunal Permanente de los Pueblos, Berl¡n, 1988). En los a¤os siguientes, han habido diversos informes y Resoluciones de Naciones Unidas, as¡ como de juristas independientes que se han pronunciado en el mismo sentido, es decir que tanto el FMI como el Banco Mundial est n obligados a respetar la Carta de las Naciones Unidas y los Pactos, Convenios, Resoluciones y Declaraciones de Naciones Unidas: As¡, por ejemplo, seg£n el Consejo Econ¢mico y Social de Naciones Unidas, el Relator Especial de la Comisi¢n de Derechos Humanos del Consejo Econ¢mico y Social ha opinado que: En opini¢n del relator especial, las instituciones directamente involucradas en el dise¤o, promoci¢n y monitoreo de los programas de ajuste estructural, como el Banco Mundial y el FMI, no est n exentos de considerar las implicancias en los derechos humanos en sus programas de trabajo. Aunque quiz s s¢lo impl¡citamente, estas instituciones a pesar de todo tienen obligaciones de derechos humanos. Mientras que este argumento sigue discuti‚ndose dentro de estas instituciones, las premisas son las siguientes: a) El Banco Mundial y el FMI son agencias de las Naciones Unidas (o por lo menos son "afiliadas" de la ONU) y, en consecuencia, est n obligadas a cumplir con las cl usulas de los derechos humanos que se encuentran en los Art¡culos 55 y 56: b) Ambas instituciones, as¡ como otras, tienen portafolios orientados al desarrollo. Las preocupaciones sobre los derechos humanos han sido incorporados crecientemente en un amplio rango de actividades de desarrollo, de tal manera que la Sub-Comisi¢n, en su Resoluci¢n 1987-29 declar¢ que 'las pol¡ticas orientadas al desarrollo sustentable implican la integraci¢n de derechos humanos en el proceso de desarroll¢. La ligaz¢n entre derechos humanos y desarrollo se ha convertido en inseparable; c) La capacidad de acci¢n (tanto potencial como de facto) que tienen estas agencias (el FMI y el Banco Mundial) hacia y dentro de los Estados es tan extensa que los derechos humanos pueden ser perjudicados o fuertemente reforzados en varias maneras; d) El impacto en los derechos humanos de las pol¡ticas que siguen estas instituciones ha sido aludido por diversos ¢rganos de Naciones Unidas, en particular el Comit‚ de las Naciones Unidas sobre los Derechos Econ¢micos, Sociales y Culturales. (Consejo Econ¢mico y Social de Naciones Unidas, The realization of economic, social and cultural rights, Segundo Informe de Avance, preparado por Danilo Turk, Relator Especial, E/CN.4/Sub.2/1991/17, 18 July, 1991, p. 53) Seg£n David Gillies, del International Centre for Human Rights and Democratic Development de Montreal: Hay un consenso creciente de que el prop¢sito real del desarrollo es el mejoramiento de la capacidad de la persona humana de escoger. Este ‚nfasis est  puesto en la Declaraci¢n de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Desarrollo cuando se dice: 'La persona humana es el sujeto central del desarrollo y debe ser el participante activo y el beneficiario del derecho al desarrollo' (Resoluci¢n de la Asamblea General # 46 de 1986). En oposici¢n a las leyes internacionales sobre derechos humanos, que subrayan la interdependencia y la indivisibilidad de todos los derechos humanos, el Banco Mundial funcionalmente separa los derechos en categor¡as diferentes. Con ese punto de vista, los derechos civiles y pol¡ticos pueden ser pospuestos hasta que se obtengan las necesidades humanas b sicas (...). En oposici¢n a los argumentos del Banco Mundial de que las cuestiones pol¡ticas van m s all de su mandato, el cumplimiento de los derechos civiles y pol¡ticos es un componente indispensable de las estrategias de desarrollo" (David Gillies, Human Rights, Democracy and "Good Governance": Stretching the World Bank's policy frontiers, International Centre for Human Rights and Democratic Development, Montreal, Canada, 1994). 2.- EL FRACASO DEL FMI EN PROMOVER EN EL CUMPLIMIENTO DE LOS OBJETIVOS DE SU CARTA CONSTITUTIVA 2.1 El primer objetivo del FMI es el de fomentar la cooperaci¢n monetaria internacional, estableciendo mecanismos de consulta y colaboraci¢n en cuestiones monetarias internacionales. Este objetivo entr¢ en crisis en agosto de 1971 cuando el Presidente Nixon decret¢ que su gobierno ya no avalar¡a la convertibilidad del d¢lar en oro al precio de US$ 35 por onza de oro. De 1971 en adelante, la inestabilidad ha sido una de las caracter¡sticas m s saltantes de los mercados monetarios internacionales. A partir de 1986 comenz¢ la desregulaci¢n de los mercados financieros internacionales (el llamado "Big Bang"), con lo cual los flujos financieros y monetarios alcanzaron dimensiones inusitadas. Se estima que los flujos diarios de dinero entre los diferentes y m s importantes mercados de los pa¡ses industrializados llegan a un bill¢n de d¢lares diarios. En el mundo desarrollado, la desregulaci¢n, la privatizaci¢n y la integraci¢n son todas tendencias que contribuyen a una econom¡a global que es cada vez menos regulada. Los roles tradicionales de los Bancos Centrales y de las pol¡ticas macroecon¢micas nacionales se convierten en obsoletas mientras que los bancos comerciales, las firmas de inversi¢n, las compa¤¡as de seguros, los brokers que prestan toda clase de servicios y los gerentes de activos globalizan sus operaciones y facilitan el movimiento trans-nacional del capital (...) Las transferencias electr¢nicas de fondos son casi imposibles de rastrear, debido al hecho simple que su volumen es enorme. En 1991, por ejemplo, el Clearing House Interbank Payment System (CHIPS) manej¢ cerca de 37,000 millones de transacciones evaluadas en US$ 222 billones de d¢lares. (Center for Strategic and International Studies, "The Transnational Drug Challenge and the New World Order", Washington, D.C., enero 1993, pp. 3 y 12). La crisis monetaria se acentu¢ en setiembre de 1992, cuando fuertes ataques especulativos llevaron a la devaluaci¢n de varias monedas europeas y a la crisis del MAC. El FMI no pudo prevenir esta situaci¢n, que llev¢ a ganancias por parte de los especuladores de miles de millones de d¢lares. Su papel pasivo se refleja en la siguiente afirmaci¢n: Las turbulencias cambiarias (sic) dentro del MAC, que comenzaron a mediados de setiembre de 1992, dieron lugar al retiro de la lira y la libra esterlina del mecanismo y a una serie de 4 reajustes duranrte el per¡odo comprendido hasta el 30 de abril de 1993 (dos depreciaciones de la peseta espa¤ola y la depreciaci¢n del escudo portugu‚s y la libra irlandesa). Los tres pa¡ses n¢rdicos que hab¡an vinculado sus monedas a la unidad de cuenta europea (ECU) se vieron obligados a establecer la flotaci¢n de las mismas. Tras el retiro de la libra esterlina y de la lira italiana del MAC en setiembre de 1992, ambas monedas se depreciaron en valores nominales efectivos. A mediados de abril de 1993, la depreciaci¢n alcanz¢ 14% y 23% respectivamente. Al mismo tiempo, tanto el d¢lar como el yen se apreciaron en forma notable (10% y 17%, respectivamente). (FMI, Informe Anual 1993, p. 12). Estos desequilibrios son provocados por los grandes especuladores internacionales quienes, como ya se ha dicho, mueven mas de un bill¢n (en su acepci¢n espa¤ola) de d¢lares diarios en los mercados cambiarios de todo el mundo. Esta enorme cantidad es nutrida en buena medida por el narcotr fico que, como nos lo recuerda la INTERPOL en la Segunda Conferencia Mundial sobre Tr fico de Coca¡na y Delincuencia Organizada, realizada en Santiago de Chile, mueve US$ 400,000 millones anuales. De ellos, US$ 100,000 millones son "lavados" por la banca privada internacional (Diario "El Comercio", Lima, 29 de junio de 1994). Esta situaci¢n contin£a hasta la actualidad. En junio y julio de 1994, el d¢lar se devalu¢ en m s del 10% frente al yen. Esta inestabilidad del sistema monetario y de los mercados cambiarios tendr¡a que ser corregida y regulada por el FMI, que fue creado para ese efecto. Pero como es f cil constatar en la prensa hablada y escrita, el FMI no ha tenido ninguna intervenci¢n en este campo. Sucede que el FMI ha sido reemplazado, en el aspecto econ¢mico y monetario (y no solo en ellos), por la coordinaci¢n semestral que realiza el Grupo de los 7 (EEUU, Canad  , Francia, Jap¢n, Alemania, Inglaterra e Italia). Pero el FMI s¡ interviene en el caso de la deuda externa y de Balanza de Pagos de los pa¡ses africanos y latinoamericanos, obligando a los deudores a aplicar rigurosos programas de estabilizacion y de ajuste estructural que, en la casi totalidad de los casos, han agravado los problemas economicos y sociales existentes. La raz¢n central que impide al FMI intervenir en la crisis es simple: no puede oponerse a los pa¡ses que le proporcionan m s del 50% de las cuotas y que, por ello mismo, dispone del m s de la mitad de los votos en ese organismo. Dicho de otra manera: el FMI no tiene autoridad para intervenir en los problemas de los ricos y s¡ carta blanca para hacerlo con los paises subdesarrollados y m s pobres. Es hora de pensar, entonces, como se viene haciendo en diversos foros, un nuevo Bretton Woods y un nuevo orden econ¢mico internacional. 2.2 En el Acta de Acusaci¢n de 1988 se establece que existen problemas serios de desequilibrio de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos de los principales pa¡ses industrializados. La soluci¢n de estos problemas es mandato constitutivo del FMI: Debe facilitar la expansi¢n y el crecimiento equilibrado del comercio internacional, contribuyendo as¡ a alcanzar altos niveles de ocupaci¢n y de ingresos reales y a desarrollar los recursos productivos de todos los pa¡ses miembros como objetivos primordiales de su pol¡tica econ¢mica. (Carta Constitutiva del FMI). Sin embargo, los desequilibrios en cuenta corriente han aumentado de 1988 hasta la fecha: El d‚ficit combinado en cuenta corriente de los pa¡ses industriales aument¢ de US$ 27,000 millones en 1991 a US$ 46,000 millones en 1992, a pesar de que mejor¢ la relaci¢n de intercambio (lo que significa que se deterior¢ para los pa¡ses del Tercer Mundo, NDLR). El d‚ficit aument¢ de manera pronunciada en Estados Unidos y el Reino Unido, en tanto que el super vit de Jap¢n creci¢ en forma constante y lleg¢ a un nivel sin precedentes medido en d¢lares de Estados Unidos. (FMI, Informe Anual 1993.) En lo que concierne a los pa¡ses del Africa y de Am‚rica Latina, su participaci¢n en el comercio mundial ha disminuido en los £ltimos a¤os. Seg£n cifras del GATT, la participaci¢n de Africa y Medio Oriente en las exportaciones mundiales pas¢ del 15,8% del total mundial en 1980 al 9% en 1992. Para Am‚rica Latina, la disminuci¢n correspondiente en el mismo peiodo fue de 7.0 a 5,5% del total mundial. Algo parecido ha sucedido con las importaciones. Para Africa y el Oriente Medio, ‚stas descendieron de 13,9% en 1980 a 7,8% en 1992 y para Am‚rica Latina el decremento fue de 6,8 a 5,8% en el mismo per¡odo. 2.3 Un asunto de vital importancia que concierne al FMI es el de la deuda externa de los pa¡ses del Tercer Mundo. En la sesi¢n del Tribunal de 1988, este tema fue desarrollado ampliamente, tanto en lo que concierne a los or¡genes de la deuda externa, como en las responsabilidades del FMI y del Banco Mundial. En ese sentido, la sentencia del Tribunal dictamin¢: Considerando las condiciones econ¢micas y pol¡ticas que la generaron, puede justificarse el repudio de la deuda alegando "estado de necesidad", argumento que es considerado v lido por los Tribunales Internacionales cuando el pago de obligaciones financieras puede afectar gravemente a los niveles de vida de la poblaci¢n de una naci¢n -como es el caso en todos los pa¡ses del Tercer Mundo. Desde 1988 hasta la fecha, es ya caracter¡stico hablar de la d‚cada del 80 como la "d‚cada perdida" del Tercer Mundo, en gran medida debido a los dr sticos programas de estabilizaci¢n ortodoxa y los programas de ajuste estructural que se aplicaron con miras a que pudiera pagarse puntualmente la deuda externa. Por otro lado, los diferentes Planes que se han puesto en marcha para la "soluci¢n" de los problemas de la deuda externa tampoco han dado resultados. Es el caso del Plan Baker (1985) y, m s adelante, del Plan Brady. As¡ lo afirma recientemente el "Financial Times": John Clark, economista del Federal Reserve Bank de Nueva York, escribi¢ en la £ltima revista del Banco que los resultados de las reestructuraciones Brady hab¡an sido impresionantes, en gran medida porque establecen un marco de referencia m s estable y de largo plazo que el enfoque anterior. Pero concluye diciendo que el Plan Brady "no proporciona m s ingresos significativos de dinero fresco en el corto plazo a los deudores que el Plan Baker" y que "las obligaciones de servicio de la deuda siguen siendo una carga pesada para los pa¡ses Brady". (Financial Times, Question Mark over Debt remains, Suplemento Especial "Latin American Finance", 11 de abril de 1994, p. vi). Por otro lado, los siguientes an lisis sobre los pagos por concepto de servicio de deuda externa efectuados por los paises del Tercer Mundo en los £ltimos a¤os, nos dicen claramente que el problema de la deuda externa sigue latente. Veamos en primer lugar lo que afirma la escritora Susan George: Seg£n la OCDE, entre 1982 y 1990, los flujos totales de recursos a los pa¡ses en desarrollo ascendieron a US$ 927,000 millones. Esta suma incluye las categor¡as de la OCDE de Financiamiento Oficial al Desarrollo, cr‚ditos de exportaci¢n y Flujos Privados, en otras palabras, toda la ayuda oficial bilateral y multilateral, donaciones privadas, cr‚ditos comerciales as¡ como inversi¢n privada y pr‚stamos bancarios. Una cantidad apreciable de estos flujos no se dio en la forma de donaciones sino que fue deuda nueva, por la cual en el futuro tendr que pagarse intereses y dividendos. En el mismo periodo 1982-90, los paises en desarrollo remitieron, s¢lo como servicio de la deuda, la cantidad de US$ 1.345 billones (en intereses y amortizaciones del principal) a los pa¡ses acreedores. Para tener un retrato verdadero de los flujos de recursos, tendr¡amos que a¤adir muchos otros flujos de salida de capitales Sur-Norte tales como regal¡as, dividendos, repatriaci¢n de ganancias, materias primas sub-pagadas y cosas por el estilo. La diferencia entre US$ 1.345 billones y US$ 927,000 millones nos da la cifra (aunque subvaluada, como se ha dicho) de US$ 418,000 millones a favor de los pa¡ses ricos. A manera de comparaci¢n, el Plan Marshall de los Estados Unidos transfiri¢ US$ 14,000 millones a la Europa de post- guerra, lo que equivale a US$ 70,000 millones en d¢lares de 1991. Por lo tanto, en los 8 a¤os que van de 1982 a 1990, los pobres han financiado seis Planes Marshall para los ricos, considerando £nicamente el servicio de la deuda externa. (Susan George, The Debt Boomerang: How Third World Debt Harms Us All, Pluto Press, Londres, 1992, pp. xv-xvi). Por su lado, Martin Khor, del Third World Network nos da las siguientes cifras: En 1980 los pa¡ses en desarrollo ten¡an un stock de deuda de US$ 567,000 millones. En los doce a¤os siguientes, pagaron US$ 891,000 millones por concepto de amortizaci¢n del principal y US$ 771,000 millones en intereses. Es decir, un total de US$ 1.662 billones. Pero como buena parte del servicio de esta deuda ten¡a que ser financiada con nuevos pr‚stamos, a fines de 1992 los pa¡ses en desarrollo ten¡an un stock de deuda mucho mayor: US$ 1.419 billones, es decir, dos veces y media m s de lo que deb¡an en 1980. (Martin Khor, South-North resource flows and their implications for sustainable development, en Resurgence # 46, Third World Network, Malasia, junio 1994, pp. 14-25). Este flujo negativo de los pa¡ses del Tercer Mundo ha servido para que los acreedores, principalmente la banca privada internacional, haya mejorado significativamente su exposici¢n en los pa¡ses acreedroes. Para ellos, claro est  , el problema de la deuda externa se ha solucionado en gran parte. No sucede lo mismo, como hemos visto, con los pa¡ses deudores. Sin embargo, para el FMI, el problema de la deuda externa parece haberse solucionado: La deuda total de los pa¡ses en desarrollo (excluido el cr‚dito del FMI), medida como porcentaje de los ingresos de exportaci¢n, disminuy¢ de 124% en 1991 a 116% en 1992. (FMI, Informe Anual 1993, p. 13). No es esa la realidad, sin embargo, como lo recuerda Martin Khor: Los indicadores de la deuda externa en relaci¢n al PBI y las exportaciones pueden haber descendido en promedio en los £ltimos a¤os, pero a£n son onerosos y para algunos pa¡ses (particularmente Africa) pueden haber empeorado (..) Este an lisis indica que el problema de la deuda externa sigue latente y plantea una restricci¢n de gran importancia en las perspectivas de financiar un desarrollo sustentable para la mayor parte de pa¡ses del Sur. El servicio de la deuda externa representa una salida de divisas de estos pa¡ses de m s de US$ 160,000 millones anuales (US$ 158,000 millones en 1992), siendo los pagos de intereses cercanos a US$ 70,000 millones anuales; y se espera que estos pagos de servicio de la deuda contin£en increment ndose (Martin Khor, op. cit.). No obstante, el FMI mantiene su posici¢n y afirma que los pa¡ses que tengan problemas de deuda externa no tienen otro remedio que seguir con las pol¡ticas de austeridad y ajuste estructural: Un cierto n£mero de pa¡ses han registrado apreciables avances en la busqueda de una soluci¢n a sus dificultades de endeudamiento, y en el examen efectuado en Setiembre de 1992, los directores vieron en estos avances la positiva confirmaci¢n de la estrategia ante la deuda que se aplic¢ y a adapt¢ en la £ltima d‚cada. Los directores opinaron que los instrumentos y m‚todos que los acreedores han adoptado o considerado seriamente, acrecientan las posibilidades de lograr una soluci¢n integral al problema de la deuda. No obstante, se¤alaron que la comunidad innetrnacional tiene que seguir apoyando ampliamente los esfuerzos que realicen los pa¡ses deudores, y ‚stos, por su parte, deben perseverar en la aplicaci¢n de medidas en‚rgicas de ajuste. Los directores subrayaron que los pa¡ses deudores tienen que demostrar el compromiso de regularizar sus relaciones con los acreedores bancarios mediante el establecimiento de un buen historial de pagos, lo cual hace necesario formular planes de financiamiento que hagan posible efectuar dichos pagos. (FMI, Informe Anual 1993, pp. 85-86). Por ese motivo, el FMI considera que le dedicar menos tiempo al examen de los problemas de la deuda externa: Se decidi¢ que, en adelante, el Directorio examinar las cuestiones relativas a la deuda y el financiamiento externo anualmente y no semestralmente. Obviamente, toda vez que resulte necesario se prestar la debida atenci¢n a las cuestiones que revistan urgencia y especial trascendencia. (FMI, Informe Anual 1993,p. 86). Es necesario tener en cuenta, adem s, que el FMI y el Banco Mundial no refinancian las deudas de los pa¡ses deudores. Esta situaci¢n ha motivado que la proporci¢n de los adeudos a estos organismos multilaterales por parte de los pa¡ses del Tercer Mundo haya aumentado en los £ltimos a¤os, lo que ha provocado una carga cada vez m s insoportable en la poblaci¢n de estos pa¡ses. En lo que concierne a los pa¡ses con atrasos significativos en el pago de la deuda al FMI y al Banco Mundial, estos organismos han creado mecanismos para la puesta al d¡a en los pagos. Estos mecanismos obligan a los pa¡ses a poner en marcha programas de estabilizaci¢n macroecon¢mica y programas de ajuste estructural durante per¡odos de tiempo prolongados sin que, durante ese lapso, puedan acogerse a cr‚ditos frescos de estos organismos. Esta situaci¢n agrava sobremanera los problemas de los pa¡ses endeudados y ha significado un agravamiento de la pobreza de la poblaci¢n en esos pa¡ses. Sobre esta conducta del FMI deber pronunciarse el Tribunal. Asunto: Re: CAMPODONICO. TRIB. PERM. DE LOS PUEBLOS. PONENCIA. (II) ----------------------------------------------------------------- From: foro-org@fa94.nodo50.gn.apc.org (Organizacion del Foro) Newsgroups: act.wb94 Subject: CAMPODONICO. TRIB. PERM. DE LOS PUEBLOS. PONENCIA. (II) Date: Sat, 01 Oct 94 14:42:13 CET Organization: Foro Alternativo, Madrid 3.- LA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA DEL FMI Y DEL BANCO MUNDIAL EN LAS POLITICAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Es importante establecer con claridad que si bien los mandatos de las Cartas Constitutivas del FMI y del Banco Mundial son diferentes, en los £ltimos a¤os ambos organismos han tenido una estrecha pol¡tica de colaboraci¢n en el dise¤o y aplicaci¢n de las pol¡ticas de ajuste estructural en los pa¡ses del Tercer Mundo. El FMI y el Banco Mundial as¡ lo admiten de manera expl¡cita. Por este motivo, las responsabilidades que se deriven de la aplicaci¢n de esta pol¡ticas corresponden por igual a ambos organismos. En efecto, el FMI dice lo siguiente: El Fondo y el Banco Mundial procuran fomentar el crecimiento econ¢mico sostenido, as¡ como la estabilidad y el desarrollo de sus pa¡ses miembros. A pesar de los mandatos complementarios pero diferentes que le dan al Banco y al Fondo sus respectivos documentos constitutivos, las dos instituciones colaboran estrechamente mediante la coordinaci¢n del asesoramiento en materia de la pol¡tica econ¢mica y de la asistencia financiera para ayudar a los pa¡ses miembros a avanzar en pos de dichos objetivos (...) La base actual de la colaboraci¢n entre el Fondo y el Banco se encuentra en las directrices de cooperaci¢n establecidas formalmente por primera vez en 1986, y examinadas con regularidad desde entonces. En marzo de 1989, las gerencias de las dos instituciones determinaron la responsabilidad fundamental de cada instituci¢n y convinieron en evitar la duplicaci¢n de tareas mediante la adopci¢n de procedimientos administrativos sobre la colaboraci¢n y el uso m s eficiente de los recursos humanos de ambas instituciones. Al reconsiderar estas directrices, en agosto de 1990, el Directorio Ejecutivo del Fondo confirm¢ que la principal funci¢n del Fondo ata¤e a las cuestiones de la pol¡tica macroecon¢mica y las instituciones e instrumentos de pol¡tica pertinentes, en tanto que la funci¢n b sica del Banco se refiere a los aspectos de la reforma estructural y la asignaci¢n eficiente de los recursos en los sectores p£blico y privado. Estos procedimientos han fomentado una estrecha relaci¢n de trabajo entre el personal del ambas instituciones mediante contactos sistem ticos en los distintos pa¡ses, misiones conjuntas o paralelas, intercambio de documentos y cooperaci¢n en las tareas de asistencia t‚cnica. Este estrechamiento de la colaboraci¢n tiene como fin evitar disparidad en el asesoramiento de la pol¡tica econ¢mica brindando a las autoridades de los pa¡ses as¡ como agilizar el suministro de asistencia financiera. (FMI, Informe Anual 1992, pp. 63-64. El subrayado es nuestro). Por su parte, el Banco Mundial afirma: Los pr‚stamos de ajuste del Banco, generalmente se dan en paralelo con los programas del FMI -casi siempre en los Programas de Ajuste Estructural (PAE) y en la mayor parte de los casos para los Programas Sectoriales de Ajuste Estructural. La responsabilidad central del FMI es el apoyo a pol¡ticas que ataquen las causas inmediatas de la inflaci¢n o las dificultades de la Balanza de Pagos y la del Banco es apoyar las medidas que pongan en marcha un nuevo patr¢n de crecimiento. No obstante ello, la reforma macroecon¢mica y la reforma estructural est n ¡ntimamente ligadas y sus efectos no pueden ser separados "sensiblemente". Este an lisis, entonces, en una amplia medida, es equivalente a una evaluaci¢n sobre los efectos conjuntos de los programas apoyados por el Banco y el Fondo (Banco Mundial, The Third Report on Adjustment Lending: Private and Public Resources for Growth", Country Economics Department, marzo 1992, p. 7). De aqu¡ en adelante, entonces, toda menci¢n a los programas de estabilizaci¢n o a los programas de ajuste estructural se referir por igual a cualquiera de los dos organismos. 4.- LOS PROGRAMAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Y LA MINIMIZACION DE LOS "SHOCKS EXTERNOS" Desde 1980, el Banco Mundial y el FMI han venido impulsando la implementaci¢n de programas de estabilizaci¢n macroecon¢mica de corte ortodoxo y reformas estructurales de contenido neo-liberal en m s de 80 pa¡ses del Tercer Mundo. Seg£n el Banco Mundial, estos programas se hicieron necesarios debido a lo siguiente: El t¡pico pa¡s que recurre a pr‚stamos de ajuste estaba enfrentado a desequilibrios macroecon¢micos, tales como, insostenibles d‚ficits de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, altos d‚ficits fiscales y alta inflaci¢n. Al mismo tiempo, exist¡an distorsiones microecon¢micas como, por ejemplo, impedimentos a la movilizaci¢n de los factores, barreras a la competencia, tanto dom‚stica como internacional y precios de bienes transables y de servicios p£blicos que no estaban relacionados con los costos de oportunidad. Al mismo tiempo, sus instituciones son d‚biles, como se puede apreciar en sus sistemas financieros deficientes y pobre administraci¢n econ¢mica. Los desequilibrios macroecon¢micos y las distorsiones microecon¢micas son usualmente el resultado de la existencia de instituciones d‚biles y pol¡ticas inapropiadas. Estos problemas fueron exacerbados por fuertes "shocks externos" - en los tipos de inter‚s reales, en los precios de los productos b sicos y la demanda por exportaciones - al mismo tiempo que se produc¡a una reducci¢n dr stica paralela del financiamiento externo. (Banco Mundial, Report on Adjustment Lending II: Policies for the Recovery of Growth, Documento R90-51) marzo de 1990, p. 1). Como se puede apreciar, este enfoque hace hincapi‚ en que el origen de los problemas es, esencialmente, interno. Se dice que los problemas internos fueron "exacerbados" por los "shocks externos", con lo cual se trata de minimizar su influencia. La realidad es distinta, sin embargo. Seg£n el propio Banco Mundial, "a comienzos de los a¤os 80 hubo una recesi¢n mundial, las tasas de interes reales m s altas desde la Gran Depresi¢n, deterioro y volatilidad de los t‚rminos del intercambio y, para muchos pa¡ses, un repentino cierre de los mercados financieros internacionales. El impacto combinado del shock de los t‚rminos del intercambio y las tasas de inter‚s reales, comparando 1981-84 con 1970-80, caus¢ una p‚rdida anual promedio de cerca del 12% del PBI de 1980 para los pa¡ses que hab¡an aplicado tempranamente programas de ajuste y de cerca de 5% del PBI para otros pa¡ses con programas de ajuste" (ibid, p. 14). No puede decirse que una ca¡da de 12% del PBI causada apor un shock externo simplemente haya "exacerbado" los problemas internos. Una caida de esta magnitud es una causa fundamental del problema. Adem s, los "shocks externos" se han venido agravando desde esa fecha, sin que el FMI y el Banco Mundial hayan actuado sobre ellos de manera a reducir sus efectos sobre los pa¡ses del Tercer Mundo, como veremos m s adelante. La necesidad de estos "shocks externos" planteaba la necesidad de cambios y reformas estructurales en los pa¡ses del Tercer Mundo. Pero, como veremos m s adelante, estos cambios no ten¡an -ni tienen- por qu‚ ser aquellos que propugnan los programas de ajuste estructural de corte neo-liberal que impulsan el FMI y el Banco Mundial. 5.- LAS CAUSAS DEL FRACASO DE LOS PROGRAMAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL 5.1 Las concepciones econ¢micas del FMI y del Banco Mundial. En el Banco Mundial, as¡ como en el Fondo Monetario Internacional, prevalece un enfoque econ¢mico de corte neo- liberal que orienta todas sus pol¡ticas. As¡ lo afirma Herman Daly, economista senior del Banco Mundial en el Departamento de Medio Ambiente hasta enero de 1994, Esta visi¢n jer rquica desde arriba abajo promueve una visi¢n de desarrollo que el Banco Mundial ha asumido por completo -es una visi¢n que alienta la idea de que los niveles de consumo y los estilos de vida del Norte son no s¢lo deseables, sino posibles de obtener de manera generalizada y a escala mundial. Es una premisa falsa, no examinada. No le echo toda la culpa al Banco por ello. Me parece que m s culpa tienen los economistas acad‚micos. Una buena parte de lo que est  mal en el Banco tiene su origen en el dogma de los economistas acad‚micos y en la profesi¢n econ¢mica que ha educado y entrenado a la mayor¡a del staff del Banco, y que contin£a a asesorar al Banco desde la academia. (ibid, p.9). 5.2 Carencia de base te¢rica para los programas de ajuste estructural. Esta cr¡tica es de vital importancia, pues demuestra que los programas de liberalizaci¢n de la econom¡a y desregulaci¢n de los mercados no conducen a la mejora de la situaci¢n econ¢mica en los pa¡ses del Tercer Mundo. Esa es la opini¢n de economistas de gran prestigio en el campo acad‚mico como, por ejemplo, el Profesor Paul Mosley de la Universidad de Manchester, Inglaterra. El Profesor Mosley estudi¢ profundamente las pol¡ticas del Banco Mundial en los a¤os 1986 a 1990, junto con John Harrigan y Jane Toye. En 1991 publicaron el libro "Aid and Power: The World Bank and Policy-based Lending" (Routledge Editions, Londres, 1991), donde afirman lo siguiente con respecto a las teor¡as neo- liberales del Banco Mundial: En esta materia, la teor¡a econ¢mica del bienestar ofrece pocas luces. Es capaz de decir que, bajo ciertas condiciones espec¡ficas, una econom¡a sin controles estatales ("equilibrio competitivo") da el m ximo output que puede ser extra¡do de sus recursos; por tanto, y por implicaci¢n, si se satisfacen todas las condiciones especificadas, la remoci¢n de los controles estatales aumentar la producci¢n. Pero, primero, las condiciones especificadas (informaci¢n perfecta, ausencia de externalidades y retornos de escala constantes o decrecientes) rara vez se cumplen, menos aun en los pa¡ses menos desarrollados; y segundo, la teor¡a s¢lo es capaz de decir que una remoci¢n total de todos los controles aumentar la producci¢n; no una remoci¢n parcial, que es lo que se encuentra en los predios de la posibilidad pol¡tica. En lo que concierne a la pregunta de si la remoci¢n de algunos controles dentro de una econom¡a caracterizada por imperfecciones m£ltiples ser de alguna ayuda, la teor¡a econ¢mica relevante (la "teor¡a de la segunda opci¢n" - second best-) permanece silenciosa. (...) Se puede citar varios ejemplos donde la remoci¢n de una intervenci¢n del mercado en s¡ misma, har que las cosas empeoren. Debe enfrentarse, entonces, el hecho que las recomendaciones de pol¡tica del Banco Mundial en el rea de la estimulaci¢n de la oferta agregada carecen de una base te¢rica, a diferencia de las pol¡ticas recomendadas por el FMI en el rea de la deflaci¢n de la demanda agregada; tienen el respaldo de un argumento emp¡rico, pero que est  limitado a un conjunto de observaciones acerca de la relaci¢n entre la liberalizaci¢n de precios y la oferta agregada, cuyo valor, particularmente en el nivel agregado, es relativamente ambiguo. (Paul Mosley, John Harrigan y Jane Toye, Aid and Power: The World Bank and Policy Based Lending, Routledge Editions, 1991). As¡mismo, el Banco Mundial ha experimentado sus pol¡ticas con los pa¡ses del Tercer Mundo a los que ha otorgado pr‚stamos, lo que los ha convertido, de hecho, en "conejillos de indias" de los economistas del Banco Mundial. Este "aprendizaje pr ctico" ("learning by doing"), se desprende claramente de la siguiente afirmaci¢n del Banco Mundial: Los pr‚stamos de ajuste han constituido una experiencia de aprendizaje para el Banco. Esta labor ha sido apoyada por un 76% de aumento, desde 1980, de las semanas de trabajo econ¢mico y por sectores del staff (el aumento ha sido mayor en los pa¡ses de medianos ingresos altamente endeudados y las econom¡as de bajos ingresos del Africa Sub-Sahara). (Banco Mundial: Second Adjustment Lending, op cit, p gs 7-8) 5.3 El fracaso de las pol¡ticas de ajuste estructural desde la propia l¢gica del Banco Mundial 5.3.1 La cr¡tica metodol¢gica Desde 1988, el Banco Mundial viene publicando una evaluaci¢n de los pr‚stamos de ajuste estructural cada dos a¤os. En todas las evaluaciones (1988, 1990, 1992), el Banco Mundial se ha reafirmado en las bondades de los pr‚stamos de ajuste estructural lo que estar¡a demostrado por una serie de datos t‚cnicos provenientes de los pa¡ses que han puesto en marcha programas de ajuste estructural. Es preciso se¤alar, sin embargo, que existen importantes cr¡ticas metodol¢gicas a los informes del Banco Mundial. En efecto, para el Banco Mundial los pa¡ses se dividen en tres categor¡as: aquellos que tomaron tempranamente pr‚stamos de ajuste estructural (hasta 1986); aquellos que los tomaron despu‚s de esa fecha; y aquellos que no han tomado pr‚stamos de ajuste estructural. La cr¡tica m s importante a esta metodolog¡a puede resumirse en el siguiente texto del profesor John Weeks: Si uno hace un test de la efectividad de las pol¡ticas del Banco separando a los pa¡ses entre aquellos que fueron asistidos por el Banco y los que no lo fueron, se est  haciendo una presunci¢n impl¡cita: que los pa¡ses asistidos por el Banco han implementado, en lo general, los mismos paquetes de pol¡ticas. De esa manera, al ser tomados en conjunto, se les podr¡a tratar como si tuvieran un r‚gimen de pol¡tica com£n significativamente distinto al implementado en pa¡ses que no han sido asistidos por el Banco. Sin embargo, muchos estudios demuestran que ese no es el caso. De hecho, hay numerosas variaciones en reg¡menes de pol¡tica econ¢mica entre los pa¡ses asistidos por el Banco y tambi‚n existe una gran variaci¢n entre los pa¡ses que no son asistidos por el Banco. (John Weeks, "Credit where discredit is due", Ceres # 143, September-October 1993). Esta cr¡tica es de crucial importancia como veremos a continuaci¢n. 5.3.2 La evaluaci¢n de 1990 En abril de 1990, el Banco Mundial public¢ el "II Informe sobre Pr‚stamos de Ajuste Estructural: Pol¡ticas para la Recuperaci¢n del crecimiento". Dicho Informe realiza una evaluaci¢n de los Pr‚stamos de Ajuste Estructural otorgados por el Banco desde 1981. En este Informe se dice: Existe la necesidad de restaurar el crecimiento en los pa¡ses que se han venido ajustando y de eliminar los impedimentos a la movilidad de los factores aumentando la inversi¢n en las etapas finales del ajuste, as¡ como el ahorro nacional (dada la debilidad de los fondos externos). (Banco Mundial, Informe sobre Pr‚stamos de Ajuste II, p. 2). A confesi¢n de parte, relevo de pruebas, se¤alan los juristas. El Banco Mundial constata que en los pa¡ses que se ajustaron estructuralmente ha habido poco crecimiento pero s¡ una fuerte ca¡da de la inversi¢n. En efecto, en los pa¡ses en que se aplicaron pol¡ticas de ajuste estructural la tasa de crecimiento del PBI en t‚rminos corrientes fue de 1,3% con respecto a los pa¡ses que no se ajustaron (esta comparaci¢n se hace para el per¡odo 1985-88 con respecto al per¡odo 1970-80). Resulta que la ganancia de 1,3% es bastante magra. Pero lo m s saltante viene cuando se compara la relaci¢n inversi¢n/PBI rese¤ada en el Informe que comentamos. En efecto, esta relaci¢n cae en 4,1% para los pa¡ses que se ajustaron con relaci¢n a los que no lo hicieron. Este resultado preocupa al Banco Mundial, que trata de explicarlo de la siguiente manera: Un componente esencial de los programas de ajuste era disminuir los programas de inversi¢n de baja eficiencia (p£blicos y privados); por lo tanto, la disminuci¢n de la tasa de inversi¢n forma parte del ajuste. No obstante, el resultado es preocupante, puesto que en muchos pa¡ses el logro de un crecimiento m s alto y sostenido requerir seguramente un aumento en la inversi¢n supeerior a los niveles promedio de los a¤os 80 e la mayor¡a de los pa¡ses que se ajustaron, aunque la experiencia var¡a. (ibid, p. 21). Es decir que en los pa¡ses que se ajustaron, hubo magro crecimiento y, adem s, decrecimiento de la inversi¢n. Sin embargo, el ahorro dom‚stico s¡ creci¢ en este periodo. Seg£n el Banco Mundial, la relaci¢n ahorro/dom‚stico fue 4,1% superior en los pa¡ses que se ajustaron frente a los que no lo hicieron. La pregunta es, entonces, (por qu‚ este mayor ahorro dom‚stico no se canaliz¢ a la inversi¢n en los pa¡ses que se ajustaron? La respuesta es bastante simple. El mayor ahorro dom‚stico en estos pa¡ses se destin¢, en buena medida, al mayor pago de la deuda externa. As¡ lo tiene que reconocer el Banco Mundial: Utilizar la tasa de ahorro dom‚stico para medir el impacto del ajuste es m s apropiado que usar el ahorro nacional, porque el ahorro dom‚stico no deduce los pagos netos de factores al exterior y no incluye las transferencias netas al exterior. (ibid, p. 23). Queda bastante claro que el mayor ahorro se utiliz¢ para el pago de factores al exterior -le se deuda externa-, motivo por el cual no financi¢ la inversi¢n interna. 5.3.3 En marzo de 1992 el Banco Mundial public¢ el "III Informe sobre Pr‚stamos de Ajuste: Recursos P£blicos y Privados para el Crecimiento". Dos a¤os despu‚s, se siguen manifestando problemas similares con los programas y los pr‚stamos de ajuste estructural. Una primera constataci¢n es que ahora el Banco Mundial afirma que los procesos de ajuste duran varios a¤os y que los costos sociales pueden ser muy grandes: Pero el proceso de ajuste generalmente toma varios a¤os y pueden haber costos significativos en la transici¢n (...). Para la mayor¡a de otros pa¡ses de ingresos medianos, el ajuste ha tomado muchos a¤os y hay un per¡odo de disminuci¢n de la producci¢n y de la demanda de trabajo antes que nuevas fuentes de crecimiento los lleven a un camino de desarrollo m s sostenible. (Banco Mundial, The Third Report on Adjustment Lending: Private and Public Resources for Growth", Country Economics Department, p. 3). Estos "costos significativos en la transici¢n" no pueden evitarse, seg£n el Banco Mundial. Por lo tanto, los pa¡ses que se ajustan deben mantener invariable la orientaci¢n de la pol¡tica econ¢mica, incluso por m s de una d‚cada: La estabilizaci¢n y la liberalizaci¢n econ¢mica son necesarias para llevar a cabo una transici¢n efectiva para un camino de crecimiento sostenible de reducci¢n de la pobreza. No hay evidencia que diga que son evitables las reformas, aunque en algunos pa¡ses de bajos ingresos parece que no son suficientes para un crecimiento satisfactorio. All¡ donde el camino del ajuste es largo -y la experiencia sugiere que una d‚cada es algo que no se sale de lo com£n- el Banco debe mantener el rumbo con sus pr‚stamos de ajuste, complementados con pr‚stamos de inversi¢n para enfrentar el desarrollo de largo plazo infraestructura e instituciones econ¢micas y sociales. (ibid, p. 5). El Banco Mundial se ve obligado a admitir que en los pa¡ses de bajos ingresos, sobretodo en los pa¡ses de Africa Sub-Sahara, los pr‚stamos de ajuste estructural "no son suficientes" para el crecimiento, lo cual es un eufemismo para se¤alar que estos programas han fracasado, como lo constata el documento "African Alternative Framework" de la Comisi¢n Econ¢mica de Naciones Unidas para Africa: Desde el punto de vista econ¢mico, los programas ortodoxos de ajuste estructural, por su propio dise¤o, asumen que los instrumentos cl sicos de oferta monetaria, restricci¢n del credito, ajustes en el tipo de cambio y las tasas de inter‚s, liberalizaci¢n comercial, etc. -que pueden ser v lidos en econom¡as bien estructuradas-, podr¡an tener resultados positivos en econom¡as africanas caracterizadas por estructuras d‚biles y desarticuladas. Sin embargo, existe evidencia documentada que en muchos casos el crecimiento econ¢mico sostenido no se ha materializado, la tasa de inversi¢n ha decrecido en lugar de aumentar, los d‚ficits presupuestales y de la Balanza de Pagos se han agravado despu‚s de un alivio temporal y las obligaciones del servicio del pago de laa deuda externa se han vuelto inaguantables. (Comisi¢n Econ¢mica de Naciones Unidas para Africa, African Alternative Framework to Structural Adjustment Programmes for Socio-Economic Recovery and Transformation, E/ECA/CM.15/6/Rev.3, 1990, p. 1). En lo que respecta al crecimiento de la inversi¢n en los pa¡ses que se ajustaron tempranamente, el Banco Mundial constata que ‚sta ha decrecido de 22,9% del PBI en el per¡odo 1970-80 a 18,7% en 1981-85 y a 17,9% en el periodo 1986-90. Por el contrario, en los pa¡ses que no aplicaron programas de ajuste, la tasa de inversi¢n fue de 18,7% en el per¡odo 1970-80, 18,9 en el per¡odo 1981-85 y, finalmente, de 18,1% en el periodo 1986-90 (ver Cuadro # 1). O sea que los pa¡ses que no aplicaron programas de ajuste tuvieron mejores resultados en lo que respecta al crecimiento de la inversi¢n. Sin embargo, la explicaci¢n del Banco Mundial aplica un enfoque sesgado para este an lisis. La inversi¢n privada en t‚rminos reales como porcentaje del PBI real decreci¢ para los pa¡ses que se ajustaron tempranamente en 1981-86 y, particularmente durante 1981-82. Despu‚s del fuerte declive inicial, la inversi¢n privada decreci¢ m s lentamente entre 1982 y 1986. Luego, se recuper¢ algo entre 1986 y 1990, pero no ha llegado a£n a los niveles de la d‚cada de 1970 (...). Los pa¡ses que no se ajustaron forman un grupo muy heterog‚neo como para que se pueda leer algo de su aparentemente buena recuperaci¢n de la inversi¢n. (Banco Mundial, "Third...", p. 31). Para el Banco Mundial, entonces, no hay heterogeneidad ni problema estad¡stico en aquellos pa¡ses que se ajustaron tempranamente. Sin embargo, como hab¡amos visto en el documento de John Weeks, esos problemas s¡ existen. Sin embargo, ese y otros problemas s¡ est n presentes para los pa¡ses que no se ajustaron. Eso significa tener dos varas y dos medidas. Esta lectura sesgada es t¡pica del doble lenguaje del Banco Mundial y llamamos la atenci¢n del Tribunal sobre este aspecto. Queda demostrado, adem s, con las propias cifras del Banco Mundial, que sus programas de ajuste estructural han fracasado. 5.4 El Banco Mundial admite el fracaso de las pol¡ticas de ajuste estructural 5.4.1 El Informe Wapenhans Presionado por las fuertes cr¡ticas a los planes de ajuste estructural, el Directorio del Banco Mundial se vio obligado a convocar a Willi Wapenhans, alto dirigente del Banco Mundial con muchos a¤os de experiencia operacional, para que dirija un Grupo de Estudio que analice los problemas de los pr‚stamos de ajuste esstructural. El Informe fue presentado al Directorio del Banco Mundial en julio de 1992. Seg£n el Banco Mundial las conclusiones de este Grupo de Estudio fueron: El Grupo de Estudio lleg¢ a la conclusi¢n de que a pesar de que el desempe¤o de m s del 75% de los proyectos respaldados por el Banco hab¡a sido satisfactorio en la fase de ejecuci¢n, la calidad de la cartera hab¡a disminuido en el pasado decenio. Seg£n el Grupo de Estudio, esa disminuci¢n de la calidad se debi¢, en parte a factores relacionados tanto con la situaci¢n econ¢mica internacional como con la de los distintos pa¡ses. Pero tambi‚n obedeci¢ en parte a motivos m s directamente relacionados con el Banco, sobre todo al gran hincapi‚ hecho por la instituci¢n en los nuevos compromisos de pr‚stamo a expensas de la eficiencia del proceso de ejecuci¢n tras la aprobaci¢n de los proyectos. (Banco Mundial, Informe Anual 1993, p. 13). El fracaso, entonces, es visto no como producto de una mala pol¡tica econ¢mica sino como resultado de una mala ejecuci¢n de los proyectos. Seg£n esta interpretaci¢n el problema no reside en la filosof¡a econ¢mica de los programas de ajuste estructural sino en un problema operativo. Vale la pena, sin embargo, que el Tribunal conozca m s de cerca las propias conclusiones del Informe Wapenhans, cuyos trminos son bastante m s cr¡ticos que aquellos usados por el Banco Mundial l¡neas arriba: Seg£n el Informe Wapenhans: El n£mero de proyectos juzgados como insatisfactorios a su t‚rmino aument¢ del 15% revisado en el a¤o fiscal 1981 a 30,5% en el a¤o fiscal l989 y a 37,5% en el a¤o fiscal 1991. Las cancelaciones de los proyectos han aumentado m s del 50% en los £ltimos 3 a¤os. (Banco Mundial, Informe Wapenhans, Portfolio Management Task Force, Effective Implementation: Key to Development Impact, 24/7/1992). Para el Informe Wapenhans, las causas de estos fracasos se deben al hecho que el staff se ocupa m s de que se apruebe un proyecto que de los resultados que se obtienen en el terreno, existiendo una "cultura de aprobaci¢n de pr‚stamos". Adem s de ello, el Informe Wapenhans puntualiza que los proyectos son concebidos sin que haya una contribuci¢n significativa del pa¡s prestatario: El compromiso del pa¡s es un factor raro en el an lisis. El Banco emplea o alquila los consultores para preparar los informes de los proyectos y los detalles del dise¤o. A los pa¡ses se les da el informe para que expresen sus puntos de vista o para que revisen el informe de los consultores. (ibid). Asunto: Re: CAMPOD. TRIBUNAL PERMANENTE DE LOS PUEBLOS. PONENCIA (III) ----------------------------------------------------------------- From: foro-org@fa94.nodo50.gn.apc.org (Organizacion del Foro) Newsgroups: act.wb94 Subject: CAMPOD. TRIBUNAL PERMANENTE DE LOS PUEBLOS. PONENCIA (III) Date: Sat, 01 Oct 94 14:55:38 CET Organization: Foro Alternativo, Madrid 5.5 La gobernabilidad y el Banco Mundial El FMI y el Banco Mundial aluden constantemente al hecho que en los pa¡ses del Tercer Mundo existen serios problemas de gobernabilidad y de responsabilidad ante la poblaci¢n (en ingl‚s, "accountability"). Seg£n los organismos multilaterales, estos problemas hacen que, muchas veces, fracasen los programas de estabilizaci¢n macroecon¢mica y los programas de ajuste estructural. Pensamos que es verdad que existen estos problemas en algunos pa¡ses, los que se agravan all¡ donde existen dictaduras militares y reg¡menes antidemocr ticos. Pero hay fuerte evidencia de que, tanto en el FMI como en el Banco Mundial, estos mismos problemas est n presentes. Herman Daly, economista senior del Departamento de Medio Ambiente del Banco Mundial, a quien hemos citado anteriormente, afirma que los fracasos del Banco Mundial tienen como explicaci¢n la estructura jer rquica de este organismo. El Banco es una organizaci¢n jer rquica, organizada de arriba hacia abajo. Hay muy buena gente en el campo que est  trabajando con energ¡a y buena voluntad, pero que se frustran por el top-down management. Por ejemplo, gente en el Departamento de Medio Ambiente, o en otras unidades, puede criticar fuertemente un proyecto, incluso sugerir que se abandone. Pero los que est n m s arriba pueden diluir esta cr¡tica e incluso sugerir que sea abandonada. (BankCheck, entrevista a Herman Daly, Through the Eyes of Herman Daly, Junio 1994, pp. 8-10). Por otro lado, el abogado Jonathan Cahn nos dice que el Banco Mundial elabora y reformula leyes de los diferentes pa¡ses a los que otorga pr‚stamos, sin ser responsable ante esa poblaci¢n ni ante ning£n organismo internacional: El Banco Mundial debe ser visto como una instituci¢n gobernante, que ejerce poder a trav‚s de su palanqueo financiero. Elabora leyes e incluso altera la estructura constitucional de los pa¡ses prestatarios. Los consultores del Banco frecuentemente reescriben la pol¡tica comercial, la pol¡tica fiscal, los requerimientos de los servicios civiles, las leyes laborales, los requerimientos de salud, las regulaciones del medio ambiente, la pol¡tica energ‚tica, los requerimientos para los reasentamientos humanos, las reglas de las compras estatales y la pol¡tica presupuestal. El Banco juega este rol legislativo a trav‚s, fundamentalmente, de las condiciones que impone en sus pr‚stamos. (Jonathan Cahn, Challenging the New Imperial Authority: The World Bank and the Democratization of Development, Harvard Human Rights Journal, Volume Six, Spring 1993, pp. 159-194). Lo que podemos obtener como conclusi¢n de estos hechos es que no existe buena governancia ni "accountability" por parte de los responsables del Banco Mundial. Hay que destacar que, en los £ltimos a¤os, bajo la presi¢n de la sociedad civil, ha puesto en marcha un r‚gimen de acceso a la informaci¢n, lo cual vemos como un primer paso en la direcci¢n correcta. Asimismo, se ha creado tambi‚n el Panel Independiente de Inspecciones, el cual tiene como misi¢n verificar si, en la ejecuci¢n de un pr‚stamo, el Banco est  cumpliendo con los objetivos designados. Pueden acudir al Panel miembros de la sociedad civil de los pa¡ses donde se ejecuta el pr‚stamo. Consideramos que, si bien no es posible cuestionar la esencia y el dise¤o del programa de ajuste estructural (lo cual el Banco debiera admitir) este Panel es tambi‚n un paso en la direcci¢n correcta. Estos cambios en la direcci¢n correcta no anulan, sin embargo, las cr¡ticas a la gobernabilidad y el ¢accountability" rese¤adas l¡neas arriba. Esto est  corroborado por las conclusiones del Foro Internacional "Repensando Bretton Woods", que se se celebr¢ en Washington en el mes de junio de 1994 y que cont¢ con la presencia de m s de 50 expertos y analistas de los organismos multilaterales. En uno de sus documentos de balance de la Conferencia, se dice: El Banco Mundial y el FMI son agencias p£blicas que ejercen una tremenda influencia en las econom¡as nacionales. Por ese motivo, es esencial que estas instituciones respondan ("be held accountable") por sus pol¡ticas y por los resultados de las mismas. Como agencias especializadas de las Naciones Unidas, las instituciones de Bretton Woods tienen el mandato de informar a dicho organismo. Pero tal como se presentan las cosas hoy en dia, esos informes producen muy poco di logo o "accountability". Por ellos proponemos que se establezca una Asamblea Parlamentaria Especial que se re£na anualmente para interrogar a las instituciones de Bretton Woods en los temas que se consideren centrales por parte de las poblaciones y la sociedad civil. (Conferencia "Repensando Bretton Woods", Grupo de Trabajo sobre el FMI, Junio de 1994, p. 6). El Tribunal debiera pronunciarse sobre las caracter¡sticas de funcionamiento del FMI y del Banco Mundial que indica serios problemas de gobernabilidad y "accopuntability" de estos organisms. 5.6 Fracaso para las mayor¡as, beneficio para las minor¡as La aplicaci¢n de las pol¡ticas de ajuste estructural ha significado la agravaci¢n de la pobreza en la mayor¡a de los pa¡ses en que se ha aplicado. Sin embargo, en los £ltimos a¤os, sobretodo en pa¡ses de Am‚rica Latina, se ha podido apreciar la recuperaci¢n de algunos indicadores macroecon¢micos como el PBI, la disminuci¢n de la inflaci¢n, obtenci¢n de equilibrios presupuestales, ingresos de capital de corto plazo, entre otros. Esta recuperaci¢n de indicadores macroecon¢micos no ha beneficiado al conjunto de la poblaci¢n sino que ha incidido en el aumento de la riqueza de sectores minoritarios de la sociedad, lo que ha agravado los problemas sociales y ha concentrado a£n m s la distribuci¢n del ingreso nacional. As¡ lo reconoce el Banco Interamericano de Desarrollo: Aunque se ha logrado mucho con respecto a la reactivaci¢n de la econom¡a y la estabilidad macroecon¢mica, los ¡ndices de pobreza siguen siendo adversos y la distribuci¢n regional de los ingresos es todav¡a la m s desigual del mundo. Durante los a¤os ochenta la pobreza se agudiz¢ debido a la crisis econ¢mica. Dif¡cilmente el crecimiento econ¢mico y la modernizaci¢n ser n duraderos si no hay estabilidad pol¡tica y social, la cual, a su vez, depende de una distribuci¢n m s equitativa de los beneficios del crecimiento. (BID, Informe Anual 1993, p. 6). 5.7 El Banco Mundial comienza a aceptar otras pol¡ticas pero no cambia la condicionalidad. Poco a poco, la cr¡tica a los programas de ajuste estructural se va abriendo paso. En 1992, el organismo oficial del gobierno de Jap¢n -la OECF- plante¢ serias cr¡ticas a los programas de ajuste estructural. Lo mismo han hecho algunos gobiernos de pa¡ses industrializados as¡ como diferentes agencias de Naciones Unidas, como ya se ha visto (para solo mencionar las cr¡ticas oficiales). Una vez m s, debido a la presi¢n de las cr¡ticas, el Presidente del Banco Mundial, Lewis Preston, se vio obligado a encargar un estudio sobre las pol¡ticas del Este asi tico para tratar de entender las razones de ‚xito de estas pol¡ticas en materia de crecimiento econ¢mico (lo que no es lo mismo que es desarrollo econ¢mico, subrayamos). Las conclusiones de dicho estudio se han publicado en un libro titulado "El Milagro del Este asi tico" (Banco Mundial, 1993). Este estudio, firmado por Lewis Preston, es parte de una "reflexi¢n" del staff del Banco. Existen cr¡ticas a este estudio del Banco Mundial, las mismas que afirman que tiene gruesas imprecisiones. M s all  de las cr¡ticas, lo que queremos resaltar en este caso, es el hecho que el Banco Mundial reconoce expl¡citamente que existen otras corrientes econ¢micas (que el Banco llama "revisionistas") que han influido en las pol¡ticas econ¢micas del Este asi tico. En otras palabras, se reconoce que en estos pa¡ses no se ha aplicado a rajatabla el modelo neo-liberal. As¡ lo admite la siguiente cita: El respeto de las pol¡ticas macroecon¢micas fundamentales no cuenta toda la historia del Este asi tico. En la mayor¡a de esas econom¡as el gobierno intervino, en una forma u otra - sistem ticamente y a trav‚s de m£ltiples canales- para promover el desarrollo y, en algunos casos, el desarrollo de industrias espec¡ficas. Las pol¡ticas de intervenci¢n tomaron varias formas: cr‚dito subsidiado y dirigido a industrias escogidas; mantenimiento de tasas de inter‚s de los pr‚stamos para aumentar las ganancias y retener las utilidades; protecci¢n de sustitutos de importaci¢n dom‚sticos; establecimiento y apoyo financiero a bancos de fomento estatal; subsidio a industrias con problemas; realizaci¢n de inversiones p£blicas en investigaci¢n tecnol¢gica aplicada; establecimiento de metas de exportaci¢n industrial; desarrollo de instituciones de "marketing" de exportaciones y amplias pol¡ticas de acceso compartidas a la informaci¢n entre los sectores p£blico y privado. Se promovi¢ a algunas industrias y a otras no. Algunas de estas intervenciones violan el axioma que afirma que deben establecerse reglas de juego igualitarias para el sector privado mediante la aplicaci¢n de un r‚gimen neutral de incentivos. (Banco Mundial, "El milagro del Este asi tico", Washington, D.C., 1993, pp. 5-6). Estas conclusiones, sin embargo, no han cambiado la condicionalidad de los pr‚stamos del Banco Mundial, las mismas que siguen propugnando la implementaci¢n de los programas de ajuste estructural. Pero a la luz de la nueva evidencia, no hay raz¢n para que se siga manteniendo la condicionalidad neo-liberal de los pr‚stamos del Banco Mundial. 6.- RESULTADOS FACTICOS DE LOS PROGRAMAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL Despu‚s de m s de 12 a¤os de aplicaci¢n de los programas de ajuste estructural en los diferentes pa¡ses del Tercer Mundo, la realidad econ¢mica y social es la siguiente: - Ha habido un deterioro severo en el ingreso promedio de 15% en la mayor parte de pa¡ses de Am‚rica Latina y de 30% en los pa¡ses de Africa Sub-Sahara. En muchas reas urbanas, los sueldos m¡nimo promedio han declinado en m s del 50%. En total, m s del 75% de los pa¡ses de Africa y Am‚rica Latina experimentaron descensos en su ingreso per c pita entre 1980 y 1990; - Los pobres que viven con menos de un d¢lar al d¡a suman 1,133 millones en todo el mundo, habiendo aumentado desde la cifra de 1,055 millones en 1985 (Banco Mundial, Implementing the World Bank's Strategy to Reduce Poverty, 1993, p. 5); - El PBI real por habitante cay¢ en los 80's en un 20% para Africa y en un 7% en Am‚rica Latina (CHEQUEAR CON DATOS DE CEPAL) - La inversi¢n dom‚stica bruta per c pita cay¢ en la d‚cada del 80 en un 75% en Africa y en un 40% en Am‚rica Latina; - En los 42 pa¡ses m s pobres, el gasto en salud cay¢ en m s del 50% durante la d‚cada del 80 y el gasto en educaci¢n decreci¢ en 25%. En algunos de los pa¡ses m s endeudados, ha aumentado la mortalidad infantil; - La deuda externa de los pa¡ses en desarrollo asciende actualmente a US$ 1.4 billones. De esta cantidad, US$ 440,000 millones corresponde a Am‚rica Latina; -La transferencia neta de recursos ha pasado de un flujo positivo de US$ 43,000 millones a un flujo negativo de US$ 33,000 millones en 1992; - Los precios de los productos b sicos, de los cuales dependen la mayor¡a de los pa¡ses del Tercer Mundo, han alcanzado sus niveles m s bajos desde los a¤os 30; "en d¢lares constantes de 1990, el ¡ndice de precios de los productos b sicos de 1992 tuvo un nivel que fue un 50% inferior a su promedio a largo plazo, es decir, el punto m s bajo de todo el per¡odo posterior a la II Guerra Mundial" (Banco Mundial, Informe Anual 1993, p. 38). - La brecha entre los ingresos entre los pa¡ses industrializados y los del Tercer Mundo contin£a creciendo. En la actualidad, el ingreso promedio per c pita de los pa¡ses industrializados es 58 veces m s grande que los pa¡ses menos desarrollados. Los pobres de los pa¡ses del Tercer Mundo tienen m s del 50% de la poblaci¢n y s¢lo 5,6% del ingreso mundial. De la misma manera, la relaci¢n entre el PBI per c pita entre regiones desarrolladas y pa¡ases del Tercer Mundo, que era de 10,5 a 1 en 1970, se espera que crezca hasta llegar a exceder 13,5 a 1 en el a¤o 2,000; - Aunque el rango en la distribuci¢n del ingreso entre Estados es substancialmente m s grande que dentro de los Estados, la distribuci¢n desigual del ingreso contin£a ampli ndose, aumentando los temores de que el principio de la justicia redistributiva est‚ declinando en favor de enfoques menos reguladores y basados en el mercado 7.- LA VULNERACION DE LOS DERECHOS HUMANOS, ECONOMICOS Y SOCIALES Los programas de ajuste estructural tienen impacto en los Derechos Humanos. Seg£n el Informe del Relator Especial de Naciones Unidas, el impacto en los derechos humanos de los programas de ajuste estructural debe ser considerado desde un punto de vista hol¡stico y las extensas implicaciones en el pa¡s de estos programas debe ser reconocida, as¡ como el hecho que los impactos negativos recaen frecuentemente en algunos grupos sociales m s que en otros. (Naciones Unidas, Special Rapporteur, op. cit., p. 38). Los derechos m s vulnerados por los programas de ajuste son: - El derecho al trabajo. Se constata una ca¡da dram tica en los salarios reales as¡ como niveles crecientes de de desempleo, particularmente en el sector formal urbano, habiendo un aumento del empleo en el sector informal, con poca protecci¢n y bajos salarios. Adem s, la OIT prev‚ que, por ejemplo, en Africa Sub-Sahara, la fuerza laboral crecer en 3,3% anual en la d‚cada del 90, mientras que el empleo productivo s¢lo crecer en 2,4% anual (este crecimiento del empleo asume una tasa de crecimiento del PBI de 3,7 a 5% anual, lo que es dif¡cil de lograr). - El derecho a la equidad de g‚nero. Vulnerado cuando el ajuste ataca m s los ingresos de las mujeres trabajadoras, que el de los hombres; cuando las mujeres son las primeras en ser perder sus empleos; cuando todo apoyo gubernamental a las necesidades reproductivas de las familias es eliminado en nombre de la eliminaci¢n de los subsidios y, finalmente, cuando no se hace nada para corregir las "distorsiones" que causa el ajuste en las relaciones entre hombres y mujeres. - El derecho a la comida. Cerca de 800 millones de personas no reciben una alimentaci¢n adecuada (PNUD, Human Development Report, 1993, p.12) - El derecho a una vivienda adecuada y digna Que es, adem s uno de los principales medios de ciudadan¡a, as¡ como el lugar donde los pobres producen bienes y servicios. Los programas de ajuste atentan contra este derecho. - El derecho a la salud. Cerca de l17 millones de personas mueren cada a¤o debido a par sitos y enfermedades infecciosas y como la diarrea, malaria y tuberculosis; - El derecho a la educaci¢n. M s de 1,000 millones de personas, es decir, 35% de la poblaci¢n adulta es analfabeta y la tasa de deserci¢n escolar en la educaci¢n primaria llega al 30%; - El derecho a un medio ambiente adecuado. M s de 850 millones de personas viven en reas que est n en diferentes grados de desertificaci¢n; la tasa de destrucci¢n de los bosques tropicales equivale a una cancha de f£tbol por segundo; por otro lado, la poblaci¢n de los pa¡ses industrializados s¢lo representa el 20% del total mundial, pero consume m s energ¡a comercial que la poblaci¢n de los pa¡ses del Tercer Mundo, a la vez que son responsables del 71% de la emisi¢n de mon¢xidos de carbono y de 68% de los desechos industriales mundiales; - Merece un lugar especial el Derecho al Desarrollo. Las Naciones Unidas, en su Declaraci¢n sobre el Derecho al Desarrollo, lo definen de la siguiente manera: La persona humana es el sujeto central del desarrollo y debe ser un participante activo y beneficiario del derecho al desarrollo. En la Consulta Global de Naciones Unidas de 1990 se establece claramente cu les son las responsabilidades del FMI y del Banco Mundial con respecto a este Derecho: Art¡culo 33: El fracaso de tomar en consideraci¢n el principio del Derecho al Desarrollo en los acuerdos entre Estados y el Banco Mundial, el FMI y los bancos comerciales, en lo que concierne a los pagos de deuda externa y los programas de ajuste estructural frustra la realizaci¢n del Derecho al Desarrollo y de todos los derechos humanos. Los actuales t‚rminos de intercambio, las pol¡ticas monetarias, ciertas condiciones atadas a la ayuda bilateral y multilateral, que est n perpetuadas por las condiciones no democr ticas de los proceso de decisi¢n de las instituciones econ¢micas, financieras, y comerciales internacionales, tambi‚n frustran la plena realizaci¢n del Derecho al Desarrollo. (Naciones Unidas, Global Consultation on the Realization of Human Rights to Development, E/CN.4/1990/9, parte III, p. 67). 8.- EL BANCO MUNDIAL Y EL MEDIO AMBIENTE La Declaraci¢n de R¡o, Agenda 21, las Convenciones sobre el Cambio Clim tico y la Declaraci¢n sobre la Protecci¢n de los Bosques Forestales as¡ como las resoluciones sobre la desertificaci¢n y las aguas marinas han establecido plenamente la relaci¢n entre desarrollo y la necesidad de preservaci¢n del medio ambiente. El proceso para alcanzar un desarrollo sustentable y con equidad requiere que haya ajustes fundamentales rec¡procos en los pa¡ses industrializados y en los pa¡ses del Tercer Mundo, aunque con mayor ‚nfasis en los primeros pues son los principales causantes y responsables de los problemas de medio ambiente. Lo que debe causar es el patr¢n de consumo de los pa¡ses industrializados. Despu‚s de la realizaci¢n del Tribunal de Berl¡n en 1988, el Banco Mundial ha incursionado en los temas del medio ambiente. Este tema es tratado ampliamente en otros documentos en este mismo Tribunal de Madrid. En este documento s¢lo queremos reafirmar que el historial del Banco Mundial es ampliamente negativo en lo que se refiere a la preservaci¢n del medio ambiente, como lo demuestra el caso del Valle de Narmada y la represa Sardan Sarovar en la India, el cual estaba siendo financiado por el Banco Mundial. Exist¡a una fuerte oposici¢n a este proyecto debido a las siguientes razones: El proyecto del Valle de Narmada va a generar da¤os irreversibles al medio ambiente, desraizar a m s de un mill¢n de personas, incluyendo abor¡genes y planea sumergir un total de 350,000 Has. de tierras de bosques y 200,000 Has. de tierras cultivadas (Claude Alvares and Ramsey Billorey, Damming the Narmada, Third World Network/APPEN, Penang, 1988). A pesar de las cr¡ticas, sin embargo, el proyecto Sardan Sarovar continuaba adelante en su implementaci¢n. S¢lo la presi¢n internacional y nacional de organismos de la sociedad civil, en el cual las ONG's jugaron un rol de primer orden, pudo detener este proyecto. Ante esa presi¢n, el Banco Mundial se vio obligado a convocar un Grupo de Estudio para que presente un informe. El informe del grupo de estudio fue presentando al Banco en junio de 1992 y en ‚l se identificaron una serie de deficiencias en la evaluaci¢n inicial, ejecuci¢n y supervisi¢n de los proyectos y se inst¢ al Banco a que diera un paso atr s y volviera a considerar los proyectos desde un principio. Tambi‚n se recomend¢ en el informe que se hiciera un estudio de los procedimientos del Banco para determinar si los problemas surgidos en el caso de Sardar Sarovar se presentaban en otros proyectos. (Banco Mundial, Informe Anual 1993, Washington, D.C., p. 55). El Banco Mundial es tambi‚n una de las agencias encargadas de administrar el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM, m s conocido por sus siglas en ingl‚s -GEF-), junto con el PNUD y el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente). EL GEf se constituy¢ en 1989 y sus proyectos est n dirigidos a cuatro  reas: ataque de emisiones de gas greenhouse o qu¡micos que destruyen ozono, proteger la bio-diversidad o reducir la contaminaci¢n de la aguas internacionales. Han habido serias cr¡ticas al manejo del GEF, entre las cuales podemos destacar las sigiuientes: En 1993, un equipo designado por el Director del GEF, Mohammed El-Ashry, realiz¢ una evaluaci¢ del GEF y tuvo ser¡simas cr¡ticas al criterio de los costos incrementales, as¡ como a la capacidad de conjunto del GEF de alcanzar sus objetivos, recomendando que ¢no se asignen fondos a nuevos proyectos" hasta que se desarrollen las estrategias adecuadas. (BankCheck Quarterly, # 8, International Rivers network, California, Junio 1994). Por su parte, el economista brasile¤o Roberto Guimaraes opina que el Banco Mundial no debe hacerse cargo del GEF porque es uno de los principales promotores de la sociedad de consumo: A partir de la Conferencia de R¡o, el principal gestor financiero internacional de la estrategia de desarrollo sustentable ha sido el Banco Mundial, responsable por el financiamiento del llamado Programa 21, una especie de programa mundial de acci¢n para orientar la transici¢n hacia la sustentabilidad, con 40 cap¡tulos y 115  reas de acci¢n prioritaria. Es suficiente comparar los US$ 2 millones que el Banco ha destinado a financiar programas de reducci¢n de CO2 en la China con los US$ 310 millones que el mismo Banco se propone destinar a la construcci¢n de centrales generadoras de energ¡a en base a carb¢n, o bien los US$ 1,000 millones que pretende asignar a sistemas de transporte basados en combustibles f¢siles (Bruce Rich). En verdad, los estudios del Environmental Defense Fund indican que de los 46 pr‚stamos concedidos por el Banco Mundial a programas de energ¡a, con un total de recursos que asciende a US$ 7,000 millones, s¢lo dos incorporan criterios de eficiencia energ‚tica o de conservaci¢n. En resumen, que se haya elegido uno de los pilares financieros del estilo actual como promotor del cambio pareciera ser tan "insustentable" como otorgar a la Agencia Internacional de Energ¡a At¢mica el liderazgo de programas de reconversi¢n de fuentes nucleares de energ¡a a fuentes renovables. (Guimaraes, Roberto, El desarrollo sustentable: ¨ Propuesta alternativa o ret¢rica neo-liberal ?, ponencia presentada al Foro sobre el Desarrollo Sostenible y la Reforma del Estado en Am‚rica Latina y el Caribe, organizado por el Coloegio de M‚xico y el PNUMA, abril de 1994). El Tribunal debe tambi‚n pronunciarse sobre la actuaci¢n del Banco Mundial en el campo de la preservacion del medio ambiente. 9.- EL BANCO MUNDIAL, EL FMI Y LA "LUCHA CONTRA LA POBREZA" A consecuencia de los sucesivos fracasos de los programas de ajuste estructural, la pobreza se agrav¢ en la mayor¡a de los pa¡ses del Africa, Asia y Am‚rica Latina. Es por ello que, desde mediados de d‚cada de 1980, el Banco Mundial comenz¢ a elaborar una serie de estudios ¢para combatir la pobreza" en estos pa¡ses. Desde el punto de vista del Banco Mundial, el criterio de la lucha contra la pobreza es el marco de referencia para evaluar al Banco como instituci¢n de desarrollo: La reduccion de la pobreza", afirm¢ el Presidente del Banco Mundial y de su Directorio Ejecutivo en abril de 1993, "deber  ser el punto de referencia paera juzgar el desempe¤o del Banco como instituci¢n de desarrollo. (Banco Mundial, Informe Anual 1993, p. 11). La lucha contra la pobreza que plantea el Banco, sin embargo, no cuestiona las bases mismas de sus pol¡ticas de ajuste estructural. Por el contrario, afirman, arbitraria y gratuitamente, que la situaci¢n econ¢mica de los pobres estar¡a peor si no se hubieran aplicado los programas de ajuste estructural. Tambi‚n se dice que esas pol¡ticas no afectan a los sectores pobres y que, por el contrario, los favorecen: Las pol¡ticas de ajuste ayudan a la mayor¡a de los pobres, pero las recesiones asociadas con el ajuste frecuentemente causan declives temporales del bienestar para algunos de ellos. Hay cada vez mayor evidencia que los pobres ganan con las pol¡ticas de ajuste en el mediano plazo, pero al menos algunos de ellos sufren mientras se ajusta la estructura econ¢mica. (op. cit., Banco Mundial, "The Third....., p.3). Para los te¢ricos del Banco Mundial, existe un "costo social" (eufemismo para agravamiento de la pobreza) inevitable en el tr nsito al modelo neo-liberal. Habr un periodo de transici¢n mientras los agentes econ¢micos se adaptan al nuevo modelo. Una vez adaptados, se producir el llamado "chorreo", es decir que los beneficios llegar n al conjunto de la poblaci¢n. Mientras tanto, siempre seg£n los te¢ricos, hay que poner en marcha pol¡ticas de compensaci¢n social, cuyo objetivo es el alivio de la pobreza mediante programas de gasto social de emergencia hacia aquellos sectores pobres m s golpeados con el programa de ajuste estructural. Tenemos, entonces, que los programas de compensaci¢n social se convierten, de hecho, en meros paliativos que, de manera absolutamente insuficiente, tratan de "aliviar" los estragos producidos por las pol¡ticas econ¢micas y de ajuste estructural. Es importante que el Tribunal se pronuncie sobre este planteamiento que vulnera un derecho humano fundamental: el derecho al trabajo. Queremos dejar en claro que no se trata de oponerse a los programas de compensaci¢n social, pues es verdad que en muchos casos de ellos depende la vida o la muerte de centenares de miles de millones de personas. De lo que se trata es de condenar aquella concepci¢n que convierte a los pobres en sujetos de la caridad y no impulsa sus capacidades para que sean sujetos capaces de forjarse su propio destino. En realidad, est  demostrado que el agravamiento de la pobreza es la otra cara del ajuste estructural y que la mantenci¢n de estas pol¡ticas econ¢micas va a seguir generando pobreza. O sea que el ajuste estructural y la pobreza son dos caras de una misma moneda, lo que significar¡a las pol¡ticas de compensaci¢n social estar¡an tratando de paliar la pobreza, tratando de incluir dentro del modelo a los pobres cuando el modelo mismo en su devenir los excluye. 10.- LAS POLITICAS DE GLOBALIZACION, LOS EFECTOS EN EL PRIMER MUNDO Y EN EL TERCER MUNDO Desde comienzos de la d‚cada del 80 el proceso de globalizaci¢n de la producci¢n, el comercio, los servicios y las finanzas internacionales se ha convertido en la caracter¡stica m s importante de la econom¡a mundial. Esta globalizaci¢n se asienta en el extraordinario desarrollo de nuevos inventos y tecnolog¡as, las mismas que est n inciden en todos los procesos productivos, comerciales y de comunicaci¢n de la ‚poca. Esta caracter¡stica del capital internacional est  determinando, cada vez con m s fuerza, que las pol¡ticas econ¢micas, financieras y comerciales tiendan a "estandarizarse", es decir que tengan las mismas caracter¡sticas en todos los pa¡ses del mundo. El proceso est  liderado por las empresas transnacionales, las mismas que han tejido su red en todo el mundo, como lo demuestran Frederick Clairmont y John Cavanagh: Las redes mundiales de actividad econ¢mica de las Empresas Transnacionales (ETN) han alcanzado un grado de integraci¢n global nunca antes alcanzado por ning£n imperio mundial o Estado-Naci¢n. La fuerza impulsora detr s de cada una de estas redes puede rastrearse a unas pocas centenas de empresas gigantes en Estados Unidos, Jap¢n. Alemania, Francia, Suiza, Holanda y el Reino Unido. Los activos combinados de las m s grandes 300 ETN configuran hoy en dia aproximadamente el 25% de los activos productivos de todo el mundo. (Frederick Clairmont y John Cavanagh, Global Dreams: Imperial Corporations and the New World Order, Simon and Schuster, 1994). El poder de estas empresas transnacionales queda graficado en el hecho que, como afirman muchos autores, hay pocas fuerzas sociales y pol¡ticas que pueden oponerse a su dominio de la econom¡a internacional. La patolog¡a de su crecimiento se puede apreciar en la duplicaci¢n de sus ingresos combinados en s¢lo una d‚cada: de m s de US$ 3 billones en 1982 a US$ 5,9 billones (trillones en ingl‚s) en 1992. Estos gigantes cubren todo el espectro del capitalismo empresarial: de las manaufacturas a la banca, desde cualquier orificio de servicios a la agricultura y la comercializacion masiva. En una sola d‚cada, 1982-1992, incrementaron su participaci¢n en el Producto Interior Bruto global de 24,2 a 26,8%. Considerando la euforia de liberalismo econ¢mico de la clase dominante pareciera -por lo menos hasta el momento- que no hay fuerzas sociales ni pol¡ticas que puedan contrarrestar futuros avances. (Frederick Clairmont y John Cavanagh, The World's top 200 Corporations, en Resurgence # 42-43, Third World Network, Malasia, Febrero-Marzo 1994). Es esta fuerza de las Empresas Transnacionales aquella que ha estado impulsando las negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT y de la creaci¢n de la Organizaci¢n Mundial de Comercio, que este Tribunal ver en otro momento de sus trabajos. Vale la pena resaltar en este momento que las pol¡ticas de liberalizaci¢n comercial unilateral que aplicaron los pa¡ses africanos y latino- americanos -sin negociaci¢n previa en el marco de la Ronda Uruguay del GATT- fueron impulsadas y apoyadas por el FMI y el Banco Mundial. De manera objetiva, esta pol¡ticas favorecen a los infereses de las Empresas Transnacionales las cuales, de esa manera, pueden ingresar a los mercados internos de nuestros pa¡ses. Este proceso de globalizaci¢n tampoco est  trayendo consigo un aumento del empleo en los pa¡ses industrializados. En efecto, puede constatarse que las tasas de desempleo en Europa est n por encima del 11% en promedio. Ya se comienza a hablar del surgimiento de una "underclass" en toda Europa (revista The Economist, julio 1994). En pa¡ses como Espa¤a la tasa oficial de desempleo es del 24%, siendo este porcentaje mucho mayor entre los j¢venes. Incluso en Estados Unidos, donde la tasa oficial se afirma que es del 6,4%, otras informaciones nos indican que la tasa es mucho mayor. Tambi‚n se constata un deterioro en la distribuci¢n del ingreso en los pa¡ses industrializados, principalmente en Estados Unidos: En el caso de Estados Unidos, el ingreso promedio de la familia americana, en todo el per¡odo 1949-89, disminuy¢ para ciertos sectores y aument¢ para otros, seg£n las estad¡sticas del Congressional Budget Office, que indican que el 20% de las familias, en el quintil m s pobre, redujo su ingreso en un 10%, mientras que el 1% de las familias m s ricas lo aument¢ en un 105%. En efecto, la tasa de crecimiento del ingreso para el quintil m s pobre de la poblaci¢n fue negativa en orden del 0,5% en el per¡odo 1979- 89, mientras que la del 20% m s rico fue positiva en 1,2% en el mismo per¡odo. (Gustavo Fern ndez, Pobreza, democracia y econom¡a de mercado, Comisi¢n Sudamericana de Paz (Chile) y DESCO (Per£), agosto 1994). Los problemas de la pobreza y el desempleo, entonces, no son monopolio de los pa¡ses del Tercer Mundo. Estos tambi‚n se extienden en los pa¡ses industrializados, debido al proceso de globalizaci¢n, es decir, de la internacionalizaci¢n del capital y las innovaciones tecnol¢gicas. La nueva producci¢n, cada vez m s robotizada, no est  produciendo nuevos empleos y, m s bien, ha producido una marginacion creciente de amplios sectores de la poblacion, para los cuales "no hay sitio" en el sistema productivo. Para el FMI el problema del desempleo en los pa¡ses industrializados es culpa.... de los propios trabajadores y recomienda que deben flexibilizarse a£n m s los mercados de trabajo: Las rigideces de los mercados de trabajo en Europa han determinado que el desempleo mantuviera un nivel elevado, lo cual ha contribuido al deterioro de la confianza de los consumidores, la exigencia de subvenciones industriales y las presiones sobre la pol¡tica comercial oficial. Los directores (del FMI) expresaron su preocupaci¢n de que la tendencia al aumento c¡clico del desempleo no se inviertatotalmente al afianzarse la econom¡a e insistieron en que se deber¡a hacer menos hincapi‚ en las medidas destinadas a mantener el nivel de ingreso y asignarse m s incentivos a la movilidad laboral, el mejoramiento de los programas de capacitaci¢n y reconversi¢n profesional y a la flexibilizaci¢n de las estructuras salariales. (FMI, Informe Anual 1993, p. 25). El problema es otro, sin embargo. Se trata de efectuar un control efectivo sobre el avance de la ciencia y la tecnolog¡a de manera que ‚stas se pongan al servicio de la humanidad y no simplemente al servicio de la ganancia. El Informe sobre el Desarrollo Humano (PNUD, 1993) nos da importantes elementos para apreciar el problema del desempleo en los pr¢ximos a¤os. Sobre estos temas y el rol del FMI y del Banco Mundial, tambi‚n deber pronunciarse el Tribunal. CONCLUSIONES Estas son las principales razones, se¤ores miembros del Tribunal, que presento ante Ustedes para que puedan emitir su veredicto.